La cabeza me va a explotar, salen muchas ideas, convertidas seguramente en papeles pequeños, muy pequeños, minúsculos, de colores brillantes o mates, veo un rosa mexicano, azul rey, verde bandera, amarillo sol de verano, blanco inocencia, naranja atardecer, “confeti”, le llaman;salen de mi cabeza como piñata adornada de siete picos cuando en navidad los niños emocionados las rompen; sí, como colores suspendidos que significan algarabía. Así surgen mis ideas, muchas febriles, curiosas, variadas, diferentes, fijas, originales, malas, felices, tristes, falsas, vagas, revolucionarias, innovadoras, extrañas, absurdas, modernas, remotas, luminosas, terribles, filosóficas, confusas, creativas, geniales, ligeras, elevadas, locas, progresistas, tradicionales, absolutas, conservadoras, románticas, descabelladas, corrientes, disparatadas; debo ordenarlas; antes, siquiera, a ser escuchadas; temo sientan ese pánico que a veces me corroe cuando me leo, cuando cometo el error de releerme; miedo por la cantidad de ideas, por la falta de orden; muchas son, todas formadas, en línea;las veo como soldaditos verdes y cafés cuan antaño jugaba con mis hermanos, esperando su turno para jugar a ganar la guerra… ¡qué tontería, jugar a la guerra!, pero lo hacíamos; todos queríamos ganar, todos queremos ganar, no he conocido a nadie que apueste a perder y si se me acerca alguien así, sin duda me alejaré. Palabras que buscan trascender. Salir y posarse en una idea. Palabras que ruegan por ser escuchadas.
No sonrías, ni me felicites. No es virtud pensar así, menos debe ser considerado regalo divino, no soy especial… ¿maldición?, tampoco lo creo, porque me divierto mucho, no puede haber algo tan hermoso con ese dejo de maldad, debe ser bueno, algo muy bueno; es genuino, al menos; hay ideas que salen de las cuales me sorprendo, ¿dónde moraban?, me pregunto; de ¿dónde salen?, no hay respuestas, dejé de hacerlas. Ya no lo cuestiono, dejo que se me impregnen, son mi esencia, mi diversión, mi naturaleza. Entran en desbandada. Generación espontánea, le dicen. Se multiplican. Se amontonan, se empujan, por ello ese desorden. Todas quieren ser primeras, todas pelean, luchan por salir al mismo tiempo. “No corro, No grito, No empujo”, ellas sí lo hacen. Justifico con eso el desorden, el aparente caos. Amo el desconcierto. Lo vivo siempre.
La escritura sosiega, ordena, aletarga. Acomoda piezas sueltas cual rompecabezas. Separa piezas por colores y trazos para que quede un lienzo con vistoso color; colores que contrasten, que se aprecien, que inviten a verse. Muchas veces los trazos torpes pretenden asemejarse a un estilo de Impresionismo, Realismo, Fotorealismo, Expresionismo, Abstracto, otros de Surrealismo; al final arte, le dicen; así mis ideas pretendidas, plasmadas en óleo, acuarela, acrílico, gouache, pastel, encáustica, fresco, digital, no importa el medio, solo plasmar. Me reconforto, me animo, me aplaudo. Soy mi verdugo, me exijo, me regaño; otras, me motivo. No se piense que por la posible cautivadora sinfonía que creoerróneamente lograr con mi escrito, puedo sentir el éxito; mi victoria radica en que al emanar algunas ideas mal o bien logradas, no importa el resultado, se abre un espacio para que otras puedan avanzar, con la esperanza, no la pierdo, de que un día, un pensamiento cautivador me sorprenda, tan bueno sea que lo desconozca y pueda hacerlo mío. Me enorgullezca de lo que me he convertido.
Eso hago al escribir… Hoy cumplo tres meses de volar, de imaginar, de crear, de viajar. De navegar. Amo el mar. Sin duda, este es el crucero que siempre había soñado tomar… hoy la pluma y teclado me han llevado a él. Me veo en él.
Si la entropía de las palabras Licenciada…
Entre más desorden se tiende al orden
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Me entiendes perfecto!!!!!!! 😍
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