Manifiesto de locura

Llenaste mi casa de plantas, de esas que buscábamos y de otras que encontramos sin buscar; de luces tenues, de comidas, de música, de orden, de ti, de sentir que mi casa está completa contigo, de juegos, de apoyo.

Llenaste mi tiempo de pláticas, de planes, de series, de libros, de risas, de helados, de tu voz, de nuestra voz, de un “tú qué opinas”, de un “te quiero contar”, de un “quiero estar contigo”.

Llenaste mi cabeza de nostalgia, del presente, de proyectos, de un jardín con perras corriendo, de pensar en un futuro por primera vez, de aventuras, de proyectos, de un “lo podemos hacer”, si solo sí, estamos juntos.

Llenaste mi corazón de certezas, de seguridad, de verme en tus ojos, de apoyo, de complicidad, de apapachos, de cursilerías, de arrumacos, de un “nada es suficiente” si estamos separados y de un “todo es posible” si estamos pegados cual lapas.

Llenaste mi vida de colores, de olores, de aventuras, de sueños, de un compartir con alguien, de un para siempre, de un tiempo que me queda a deber si no estás, de lecturas, de abrazos apachurrados y de besos espontáneos.

[…]

Ufff […]

Me inundaste con tanto en tan poco tiempo; sábete Tú receptor de la misiva, que la presente se torna manifiesto a una inminente locura de amor… esto es lo poco que pude escribir […] lo poco de mucho que me permití escribir.

Deja un comentario